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Rejas de Esperanza

La cruz de los jóvenes llega a la Cárcel

“Estuve en la cárcel y vinisteis a verme”

El día 25 de junio de 2010, la Cruz de los jóvenes y el Icono de la Virgen visitó le Centro Penitenciario de Murcia como una de las actividades programadas en su

peregrinación por la Región. Allí la Cruz ha derramó su esperanza salvadora.

D. Manuel Verdú Moreno, Delegado Episcopal de Pastoral Juvenil, definió la visita de la Cruz de los Jóvenes de siguiente manera: “Poder llevar el mensaje de esperanza a todos” y así lo han vivido los internos que con gran expectación esperaban su entrada en el Centro Penitenciario. Con gran ilusión la cogieron en sus manos y la trasladaron al Salón de Actos, donde un gran número de internos la esperaba para rezar ante ella y adorarla.

Capellanía y voluntarios hemos preparado una celebración en la que se les ha recordado que la cruz nos libera de nuestras ataduras personales y que contemplando el árbol de la Cruz puedan sentirse libres entre aquellas paredes. Especial, ha sido el momento de adoración de la Cruz, donde abrazándose al madero donde estuvo clavado Nuestro Señor, han querido dejar sus angustias y sufrimientos y poner las esperanzas que anhelan familia, amigos, trabajo,…

 Tras el momento de la adoración, varios internos quisieron compartir con todos el sentido de la cruz en su vida. Gines, interno módulo 1: “Mi cruz ha sido que durante veinte años me he estado drogando, consumiendo sobre todo cocaína y cuando pienso que Jesús murió por la salvación de todos nosotros, si eso lo mantienes vivo dentro de tu corazón, algún día te darás cuenta de que estás equivocado y que debes ir por el camino recto”.

Juan (interno): “Yo tengo una cruz bastante gorda porque vengo arrastrando desde los diecisiete años alcoholemia y droga. Ya he estado en la cárcel tres veces, en febrero salí y en mayo volví a entrar por una recaída en el alcohol, no he perdido a mi familia pero se que si vuelvo la perderé. Ver la cruz ayuda bastante y tener fe y creer en Jesucristo porque Él nos ha querido salvar porque somos débiles y pecadores por naturaleza”.Testimonios que nos emocionaron y que fueron leídos en el Vía Crucis que se celebró por las calles de Murcia ese mismo día por la noche.

 

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